En la ciudad de Guayaquil, Ecuador un grupo de mujeres protestaron debido a que las autoridades cerraron la calle donde ejercían su oficio.
Gracias a la pandemia que atraviesa el mundo, hoy en día son millones de personas que han quedado sin empleo y sin alternativas.
Para nadie es un secreto en en distintos países este tipo de trabajo está negado, sin embargo lo ejecutan de manera clandestina poniendo en riesgo sus vidas.

Damas de compañía protestan en Ecuador por cierre de sitio de trabajo
Como consecuencia del coronavirus han suspendido la “diversión nocturna” en varias partes del país. Lo que trae como consecuencia que muchos hogares se queden sin sustento.
Tal es el caso de estas damas de compañía, quienes trabajaban juntas en la calle 18 del distrito Portete en Guayaquil, Ecuador.
Al ritmo de “queremos trabajar” decidieron marchar para hacer valer sus derechos, ya que con el cierre de este medio de trabajo, las mujeres quedarían sin ingresos.
Muchas de estas trabajadoras son madres de familia y tienen que llevar el sustento a sus hogares. Otras son inmigrantes, deben pagar arriendo, los dueños de las habitaciones no entienden la situación y aún así reclaman su pago.
A través de un video difundido en twitter se aprecia como estas damas protestan caminando por las calles, incluso con globos hechos de preservativos.
Esto ocurrió hoy 17 de Agosto en Guayaquil, Portete. Prostitutas de la calle 18 en protesta para que las dejen trabajar. #Ecuador #pandemia #Prostitutas pic.twitter.com/L98pF1vz1K
— Roxana enyreth (@EnyrethRoxana) August 18, 2020
En Ecuador hay alrededor de 75.000 personas que trabajan de esta manera, y claramente se han visto afectadas desde el inicio de la cuarentena.
Algunas mujeres se han arriesgado a prestar el servicio a domicilio, sin embargo esto puede ser peligroso, ya que corren el riesgo de ser abusadas e incluso facilita la trata de personas.
Asociación de trabajadoras transexuales también se han visto afectadas
Esta asociación se encuentra en Quito, está conformada por al menos 80 trabajadoras que piden ayuda al gobierno debido a la crisis que enfrentan desde que inició la pandemia a principios de año.
Pamela Torrealba, transgénero de 30 años y representante de la Asociación de trabajadoras trans de Quito, cuenta la odisea que le ha tocado vivir en medio del Covid-19.
Ha tenido que vender contenido por videollamadas, videos y fotos a un precio muy por debajo de lo que estaba acostumbrada a cobrar.
Son muy pocas las citas que tiene presencial y cuando está con el cliente deben desinfectarse ya que no pueden mantener el distanciamiento.

“Optamos por las redes sociales debido a que la mayoría de los clientes están casados y no podemos llamarlos”. Así que usan estos medios los cuales en cierta parte le brindan protección a las trabajadoras.
Aunque es un trabajo más, para la sociedad no es bien visto, pero hay muchas personas que no tienen otra opción y optan por esta medida.
No somos nadie para juzgar a los demás, debemos dar gracias a Dios por lo privilegiados que somos mientras que a otros les ha tocado una vida más difícil.
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