Pollos salvajes, pareciera un titulo de una película de terror pero no lo es, lo habitantes del vecindario de Titirangi, en Auckland, no salen de su asombro con lo que se han encontrado luego que se levantó el confinamiento: decenas de pollos por todas partes, que ensucian y se comen todo a su paso y no les dejan dormir por el constante cacareo.
Esta es una de las consecuencias que trajo el confinamiento a nivel mundial por la pandemia, muchos animales se han visto libres paseando por las calles, avenidas, invadiendo vecindarios y espacios naturales.
Por las distintas redes sociales hemos visto imágenes de: peces nadando tranquilamente en las aguas de los canales de Venecia, delfines en Cerdeña, pavos reales por Madrid, jabalíes por Barcelona, monos en Tailandia y muchas otras especies. Algunos van en son de paz, otros, no tanto.
Es lo que les está pasando a los vecinos de un barrio de Auckland, Nueva Zelanda; que están siendo invadidos por decenas de pollos y gallinas salvajes.
Según lo detallo el diario The Guardian esta invasión de pollos es el resultado del abandono de un par de gallinas por parte de un vecino en el campo en el año 2008 y se han reproducido desde entonces sin control y en modo salvaje.
“Para algunos residentes de Titirangi los pollos aportan un carácter pintoresco y encantador a la aldea. Otros dicen que son “como algo salido de una película de Stephen King”.
Despertar y ver como esta invasión de pollos destruye los jardines y las raíces de los árboles kauri en peligro de extinción a llenado de ira a los pobladores, pero la gota que colmó el vaso fue cuando el suburbio fue “aterrorizado” por una plaga de ratas “del tamaño de gatos”, dijo, que fueron atraídos por la comida que quedaba para las aves.
Los contratistas del Consejo instalaron grandes redes en diferentes partes de la aldea, rodeando a cerca de 230 de las aves.
¿Qué harías tú ante una invasión de pollos?