En el Reino Unido, una mujer llamada Laura Gallazzi, sufrió la terrible pérdida de su hijo luego de múltiples complicaciones que se presentaron durante el parto en el que vivió una gran odisea.
Ella, sólo tenía 25 semanas de embarazo (aproximadamente 6 meses), el hecho sucedió en la primavera del año 2014. Para ese momento, ella era conocedora de que podría ser víctima de varias complicaciones, ya que este era el caso de un nacimiento prematuro, pero confiaba en que los expertos médicos del Servicio Nacional de Salud en Dundee, Escocia, podrían traer a la vida sano y salvo a su pequeño.
El proceso de parto
El momento del parto, llegó bastante antes de lo que se esperaba, y por esto, el personal hospitalario, tomó las medidas necesarias y prefirieron mantener al bebé (se llamaría Steven) en el vientre de su madre por todo el tiempo posible, a la misma vez que recibía inyecciones para fortalecer sus pequeños pulmones se desarrollaran. Lo planeado, era una cesárea, puesto que los ecos indicaban que el niño se encontraba sentado, o sea, en una mala posición para nacer porque su cabeza estaba alejada del canal de parto.
Todo se puso color de hormiga cuando Laura vio el cordón umbilical de su hijo, luego de haber entrado en pánico al darse cuenta que la llevaron directamente a la sala de operaciones en el momento que debían comenzar con la cesárea programada, la doctora de turno procedió a llevar a cabo un parto natural. El proceso duró aproximadamente hora y media, la BBC reseñó que, en medio de todo esto, la doctora jalaba de los pies del inocente Steven mientras Laura pujaba.
Luego de 90 minutos de mucho esfuerzo, la madre imaginó que su niño ya había nacido, sin saber que sólo estaría iniciando su calvario. Cuando el niño salió a la luz, Laura afirma haber sentido un estallido dentro de su cuerpo y nada entre sus piernas. Inicialmente, a Laura no le asusto el hecho de no escuchar el llanto, pues imaginó esto como parte de un nacimiento prematuro. Pero la terrible verdad era otra, la doctora solo había podido extraer el cuerpo de Steven, y su diminuta cabeza quedó dentro del vientre de la madre. Justo es ese momento, la anestesiaron y le hicieron una cesárea que les permitió remover los restos de la cabeza del niño.
Las consecuencias legales
El argumento de un tribunal indicó que la actuación de la doctora Vaishnavy Laxman fue negligente y trajo como trágica consecuencia la decapitación de un inocente bebé, no le fue imputado ningún cargo ni consecuencia legal, tampoco le quitaron su licencia, a pesar de que ya no le permitieron seguir laborando en el Servicio Nacional de Salud.
La razón inicial por la que Laxman no se encontró de frente con ninguna consecuencia legal, es porque las leyes escocesas actuales, no definen a un bebé nacido muerto como un ser humano, por el simple hecho de que no respiró en ningún momento. Explicado de otra forma, si la “persona” asesinada no existe, entonces no cuenta como un asesinato.
Este motivo, ha hecho que Laura tome la iniciativa de presionar a las autoridades para que cambien la legislación de sus país, y que los neonatos también sean legalmente reconocidos como personas.
La situación del personal médico
El tribunal dictaminó que las acciones de la doctora Laxman fueron irresponsables, pero es importante tomar en cuenta la situación los médicos y el personal hospitalario, quienes laboran arduamente y cuando Laxman tuvo el trabajo de atender a Laura, esta finalizaba un turno dividido de 24 horas.
Las políticas hospitalarias del Reino Unido, al igual que en muchos países del mundo, someten al personal a horarios muy duros en los cuales deben concentrarse para tomar decisiones de vida o muerte, y pueden traer consecuencias que afecten gravemente la vida de personas como Laura.