La vacuna contra el Covid-19 parece ya estar lista para combatirlo. Hasta ahora una de las más prometedoras es la desarrollada por la Universidad de Oxford en el Reino Unido. Hasta la fecha sólo se hacen pruebas ya que aún se estudia la efectividad y posibles consecuencias. Por esta razón la OMS no ha dado autorización de que se utilice la vacuna de modo oficial, pero mientras esto sucede, los voluntarios han aprendido durante los ensayos en la universidad.
¿Que sucede durante los ensayos?
Richard Fisher, uno de los voluntarios para pruebas con la vacuna del coronavirus relató lo siguiente: “Estoy en la sala de espera de un hospital y mi respiración empaña mis lentes. Minutos antes corría por la calle en un día de mucha humedad para no llegar tarde a la cita. Médicos y enfermeras me dejaron atrás con su paso apresurado y eso me hizo pensar que no tengo un gran estado físico”.
De aquí en adelante, el incierto futuro de Fisher se convirtió en toda una nueva experiencia de vida. Dijo el sujeto en cuestión que la última vez que estuvo en el Hospital St George, fue cuando nació su hija, pero la sensación de ahora es totalmente diferente a lo vivido en aquel momento.
Se le acercaron 2 trabajadores equipados completamente de protección para la situación y un cartel que decía “Ensayo de la vacuna”, como taxistas buscando pasajeros en aeropuerto. “El cartel es para mí, los sigo lentamente como en una procesión, dos metros detrás, mientras ellos conversan” afirmó.
Explicó que se presentó como posible candidato y diciendo que estaba en el lugar para saber si podía ser un voluntario para la vacuna. También dijo que en unas semanas sabrá que se siente ser parte de una lucha contra la enfermedad y en favor de la humanidad.
Los ensayos se realizaron con 1.077 personas, además explicaron los investigadores que la vacuna es segura y genera respuestas en el sistema inmunológico. Sarah Gilbert, quien ya es conocida por liderar el proyecto de la vacuna dice que queda mucho por hacer, pero también está convencida de que estos resultados son prometedores.
Como inició todo
Comenzó en una noche, recién iniciada la cuarentena mundial Fisher leyó un tuit de un filósofo de la Universidad de Oxford en el que hablaba sobre el ensayo de la vacuna. Acto seguido, decidió llenar el formulario, pero luego olvidó el asunto.
Unas semanas después estaba en la sala del hospital mientras observaba una pantalla donde los científicos de Oxford explicaban las bases científicas de las vacuna, pero no sólo eso, también sus posibles efectos secundarios.
Los ensayos se realizaron con 10.000 personas que estarían divididos en 2 grupos, uno sería inoculado con la vacuna desarrollada por Oxford, mientras que la otra no tendría ninguna protección respecto al virus. Todo será al azar, es decir, ningún voluntario sabrá para cual grupo fue seleccionado. Para esto los científicos eligieron para el grupo de control una vacuna en lugar de cualquier placebo
Luego de todo esto, le preguntaron detalladamente por su historia médica o síntomas respecto al coronavirus. Una vez tomada las muestras también se sometió a ciertas condiciones entre las cuales figuraron permitir, por ejemplo, que publiquen fotos de su brazo inoculado y no podrá donar sangre. En el caso de las mujeres, se comprometen a usar anticonceptivos también.
“Volví a casa sintiéndome más informado, pero también un poco más nervioso que antes”, expresó textualmente. Además agregó: “Como en cualquier ensayo clínico, los voluntarios debemos estar al tanto de los potenciales efectos secundarios, desde los más suaves (náusea, dolores de cabeza, etc.) hasta los más severos (como el síndrome de Guillain-Barré, que puede causar parálisis y ser fatal)”.
Aunque sabe que en los ensayos, los riegos son mínimos, confesó que es abrumador saber todos los posibles efectos secundarios a los que está expuesto. También se les informó a todos la posibilidad teórica de que los síntomas de coronavirus se empeoren. Esto según estudios que se realizaron en animales, lo que les causó inflamación en los pulmones.
El voluntario a pesar de toda la información que tiene respecto a los estudios se siente tranquilo sabiendo que miles de personas han sido sometidas a las mismas pruebas sin sufrir consecuencia graves. Aprovechó el momento para enfatizar el hecho de que ninguno de los posibles efectos colaterales justifica los argumentos del movimiento antivacunas.
Vacuna y entrega de resultados
La primera semana de julio, el paciente volvió a la misma sala de espera donde se presentó como voluntario, era el día de la inoculación del virus y hay posibilidades de quedar por fuera del estudio. Galiza, una investigadora de vacunas pediátricas le había comentado que ya casi se estaban quedando sin vacunas de prueba para los ensayos.
Mientras pensaba en todas las cosas que pasan alrededor del mundo con la pandemia reflexionaba, alguien debe ser contagiado entre los 1.0000, por el bien de la humanidad. Pero unos minutos después llegó la misma doctora que le explicaba sobre el decrecimiento de las vacunas de prueba con una sonrisa. Él no pudo ver quien estaba detrás de la mascarilla pero finalmente fue vacunado para estas pruebas.
Fisher sabe que fue vacunado, más no, si ésta es de control o la de Oxford, las probabilidades son de 50-50. Luego de una larga espera, todos los voluntarios son sometidos en pequeños grupos a ser monitoreados por cualquier síntoma del covid-19.
Después de 7 días, les pidieron que con un hisopo frotaran sus amígdalas, luego con el mismo debían introducirlo en la nariz lo más profundo posible, “algo muy desagradable” denotó Fisher. Tras de tomar las muestras, las colocaron en bolsas que son selladas y las ingresaron en una caja también selladas las cuales están identificadas como “Sustancia biológica categoría B”.
A los días de haberse sometido a pruebas de Covid-19, recibió un mensaje de texto diciendo que los resultados para la prueba a la que fue sometido dio como resultado Negativo. Conjuntamente con esto, debió llenar un formulario con preguntas como “¿He usado el transporte público? ¿Con cuántas personas que no viven en mi hogar he pasado más de 5 horas?”
Fisher será sometido a múltiples pruebas al menos hasta diciembre, y se considera que todos los demás voluntarios también. Este proceso es importante, pase lo que pase hay que aceptar que el problema es a largo plazo y que también se ha pensado que el virus se puede quedar con nosotros para siempre.
A pesar de todo, nos dice que siente cierta satisfacción de poder participar en este ensayo del pequeño papel que está cumpliendo junto con los demás para enfrentar de alguna manera la pandemia que tiene al mundo de cabeza.
¿Serías voluntario para ensayos de la vacuna contra el COVID-19? Deja tu respuesta en los comentarios.