Florencia Lobo, una joven de solo 18 años de la provincia de Tucumán en Argentina, encontró a dos pequeños gatitos junto al cadáver de su madre en una cueva. La mujer, tomó la decisión de llevarlos a su propia casa para poder criarlos. Uno de los pequeños felinos murió pronto por su mal estado de salud. El otro, al cual le asignaron el nombre Tito, se ganó su cariño y pasó a ser su fiel amigo.
Lo que ella no sabía, era que su mascota no era un gato, pues resultó ser nada más y nada menos que un puma yagouaroundi, una especie que actualmente está muy amenazada por la terrible destrucción de su hábitat.
¡Tito es un puma!
En una entrevista ofrecida para el medio local El Tucumano, la joven explicó que su gato comenzó a caminar de una forma que ella no consideraba normal. “El veterinario no sabía ni siquiera qué era. Él sospechó que no era un gato normal”, contó Lobo.
Luego de las sospechas del especialista, ella tomó la decisión de hacer contacto con un veterinario de la reserva de Horco Molle, un área natural protegida que pertenece a la Universidad de Tucumán. Al observar las fotos, la experta pudo confirmar que efectivamente no era un gato, ¡Tito era un puma!
Más adelante esa misma semana, Florencia tuvo que entregar su mascota a la Fundación Argentina de Rescate Animal, en donde ya están trabajando para liberarlo en su hábitat natural.
“Si vos lo criás y lo consentís, sentís como que es tuyo y te causa dolor que se lo lleven, pero en el fondo sé que está bien que se lo lleven y lo reintegren a la naturaleza”, contó nostálgicamente Florencia Lobo.